En su discurso el presidente dominicano abordó importantes aspectos de la economía y las políticas financieras de los países desarrollados y los organismos crediticios internacionales, así como la incidencia de estas políticas en las naciones en vía de desarrollo.
“No puede ser que un país deje de recibir ayuda para el desarrollo solo porque superó un promedio arbitrariamente establecido”, dijo.
Medina llamó a trabajar con una política económica internacional que no sostenga de manera indefinida la pobreza y la pobreza extrema sino que ayude a combatirlas y superarlas.
Dijo que tanto la República Dominicana como otros países del área y organismos como la ONU utilizan indicadores que conllevaban una serie de factores para evaluar el nivel de pobreza de las familias. Y se preguntó por qué, entonces, los organismos financieros internacionales siguen partiendo de un solo elemento, el crecimiento económico, para establecer estos parámetros.
Señaló que la división entre pobreza y extrema pobreza se establece de acuerdo a unos ingresos según los cuales un centavo de dólar marca la diferencia entre los que son pobres y los que son extremadamente pobres.
Llamó a revisar las ideas del desarrollo que han predominado en la economía internacional y que han llevado a excluir a países como el nuestro de la ayuda al desarrollo.
Dijo que pobreza en una familia es mucho más que falta de ingreso y señaló la discrepancia entre el optimismo sobre la economía y la situación en la calle lo que volvió a atribuir a la utilización de indicadores inadecuados para medir el desarrollo.
Puso como ejemplo que en la República Dominica la tercera parte de la población es pobre pero, que sin embargo, de acuerdo a su desarrollo económico, no califica para acceder a fondos que ayuden a mejorar la situación de esa franja de sus ciudadanos.
Medina dijo que “necesitamos indicadores más enriquecidos, con mayor capacidad de captar y medir la compleja dinámica del desarrollo humano"
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