Adolecente mata de un batazo a la cabeza a otro menor

Las tres últimas tres semanas que han transcurrido deben ser engrosadas en los anales de la prensa dominicana como un de los períodos más sangrientos que ha vivido la nación en los últimos años. Decenas de dominicanos han perdido la vida durante ese tiempo, la mayoría víctimas de los hechos de violencia que como si fuera una enorme abalancha de nieve que arrastra todo a su paso, así han perecido valiosas vidas de nuestros ciudadanos. Lo penoso de toda esta vorágine es que la avalancha sigue aumentando sin que nada la detenga. Sin que nadie haga un alto y lleve a los dominicanos a reflexionar sobre el problema. La víctima más reciente de esta pesadilla es un jovencito de 17 años que resultó muerto a manos de otro adolescente de 14 que le quitó la vida en medio de una discusión en un partido de beisbol. Un menor de 14 años fue detenido por la Policía de San Pedro de Macorís, luego que matara de un batazo a la cabeza a un adolescente de 17, durante una discusión por una jugada de béisbol en el estadio de La Sabana, en barrio Lindo. El menor de 14 años, cuyo nombre se omite por razones legales, fue entregado a través de un periodista, por lo que en las próximas horas será referido a la jurisdicción de Niños, Niñas y Adolescentes. El adolescente detenido ocasionó la muerte a su compañero de juego Ángel Salvador Alfonso, cuyo cadáver fue llevado al Hospital Doctor Antonio Musa, en San Pedro de Macorís. El adolescente falleció producto de un golpe contuso que recibió en la cabeza con un bate, el cual le provocó trauma cráneo encefálico moderado, que le produjo una convulsión cerebral. La investigación preliminar del caso refiere que el niño de 14 años propinó el batazo al hoy occiso en medio de una discusión presuntamente por una jugada que se produjo mientras jugaban en el referido estadio. Según las indagatorias el agresor creyó que el ahora occiso había pronunciado palabras ofensivas en su contra, por lo que procedió a golpearlo con el bate. El adolescente de 17 años muerto residía con su madre, la doméstica Iris Alfonso Días, en la calle Prolongación Intendencia, en el sector Buenos Aires, en San Pedro de Macorís.