El ataque a una delegación diplomática estadounidense en la ciudad de Benghasi, al Este de Trípoli, la capital libia, perpetrado por un grupo de enardecidos manifestantes islámicos este martes y en el que resultó muerto el embajador norteamericano Christ Stevens y otros tres diplomáticos, fue un hecho criminal que ha merecido la condena de todo el mundo.
Este brutal asesinato de los cuatro norteamericanos fue la respuesta de los islamistas a la difusión de un vídeo que contiene ofensas al profeta del islam, Mahoma.
La reacción del mundo islámico por el vídeo, no se ha hecho esperar. Las protestas y las revueltas han convertido las embajadas y oficinas norteamericanas de la región en campos de batalla de miles de enfurecidos musulmanes contra las fuerzas de seguridad de los respectivos estados árabe.
Hoy la red terrorista árabe, Al Qaeda ha reivindicado el atentado contra la delegación norteamericana de este martes, y el mismo ha sido en respuesta por la muerte de uno de sus líderes en Pakistán en junio pasado, según un comunicado de la organización.
La red Al Qaeda en la Península Arábiga dijo este sábado que el ataque contra el consulado de Bengasi en el que murió el embajador estadounidense en Libia fue una venganza por el asesinato de su "número dos", Abu Yehia al Libi.
El grupo radical aseguró que la muerte Al Libi -muerto en junio pasado en una ofensiva estadounidense en Pakistán- es "el fuego que ha quemado a los enemigos de la nación musulmana", en un comunicado difundido en la página SITE, utilizada habitualmente por los islamistas.
El embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, y otros tres diplomáticos murieron en el ataque a la embajada el pasado martes por la noche.
Los atacantes formaban parte de una muchedumbre que protestaba contra la aparición del trailer de un film que aseguran atentaba contra la figura del poeta Mahoma y del Islam.
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